Los encantos de volar estaban acompañados con las emociones de la aventura, pero en nuestro caso también se complementaban con lo fantástico de aprender de la naturaleza de los viajes, sobre todo recordando que en ésta vida sólo somos peregrinos.
Nuestro comandante llegó nuevamente a la cita, siempre con esa vitalidad y energía que eran contagiosos. Se sentó en su butaca habitual e inicio su siempre amena y atrayente charla.
Una vez que se sabe para donde ir y se tiene estabilizada la nave, comentó, se puede avanzar a toda máquina hacia el destino definido. El tener éstas condiciones es lo que hace posible que podamos pensar en avanzar a toda velocidad.
Haciendo una pausa, continuó: Para avanzar debemos ocuparnos del sistema de propulsión de la nave, y las preguntas obvias que nos hacemos son: ¿Cómo avanzamos a la máxima velocidad?, ¿Cómo logramos el mejor sistema de propulsión?. Para dar respuesta a estas interrogantes es que recurrimos a los desafíos.
Los DESAFIOS, sentenció, son aquellas actividades relevantes que debemos llevar a cabo y que estamos convencido que son las que más contribuyen a que nuestra aventura llegue al fin deseado. Los desafíos son como el sistema de propulsión de la nave, y la magia es que al determinar las actividades relevantes es como encontrar el mejor combustible para obtener la mejor energía que nos permitan impulsar nuestra nave hacia los objetivos deseados definidos.
Es importante hacer notar, manifestó, que la definición de los desafíos es clave, porque nos permitirá que avancemos más rápido hacia nuestros objetivos.
Con mucho énfasis, nos dijo: Los desafíos deben tener una característica básica y que le da su nombre. Deben ser desafiantes. Me gusta la definición que indica que los desafíos tienen que intimidar un poco pero deben emocionar mucho. Deben dar algo de temor de no lograrlos, pero deben ser superados por los grandes deseos de llevarlos a cabo. Podríamos decir que son aquellos proyectos que no son parte de las actividades rutinarias, y que se consideran los que más contribuyen a que la nave avance a toda velocidad hacia el destino definido.
Con su mejor elocuencia mencionó: Los desafíos son el combustible, pero hay que recordar que el avance depende también de la capacidad del motor de la nave. Un buen combustible permitirá que la nave avance más rápidamente. A su máxima velocidad con el mejor combustible seleccionado y a toda máquina de acuerdo a su capacidad.
Muy entusiasmado y con algo de humor acotó: Con el mejor combustible se logrará sacar su mejor rendimiento. Pero teniendo presente que no se logrará hacer crecer el motor.
Sucede algo similar con los desafíos, concluyó, si se llevan a cabo los más relevantes, se logrará el mejor rendimiento y por lo tanto la mejor propulsión que permitirá hacer avanzar la misión hacia la visión definida. Nuestra tarea por lo tanto es hacer todos los esfuerzos para encontrar aquellos desafíos que más contribuyan que la nave pueda avanzar a toda máquina.
Nuestro comandante llegó nuevamente a la cita, siempre con esa vitalidad y energía que eran contagiosos. Se sentó en su butaca habitual e inicio su siempre amena y atrayente charla.
Una vez que se sabe para donde ir y se tiene estabilizada la nave, comentó, se puede avanzar a toda máquina hacia el destino definido. El tener éstas condiciones es lo que hace posible que podamos pensar en avanzar a toda velocidad.
Haciendo una pausa, continuó: Para avanzar debemos ocuparnos del sistema de propulsión de la nave, y las preguntas obvias que nos hacemos son: ¿Cómo avanzamos a la máxima velocidad?, ¿Cómo logramos el mejor sistema de propulsión?. Para dar respuesta a estas interrogantes es que recurrimos a los desafíos.
Los DESAFIOS, sentenció, son aquellas actividades relevantes que debemos llevar a cabo y que estamos convencido que son las que más contribuyen a que nuestra aventura llegue al fin deseado. Los desafíos son como el sistema de propulsión de la nave, y la magia es que al determinar las actividades relevantes es como encontrar el mejor combustible para obtener la mejor energía que nos permitan impulsar nuestra nave hacia los objetivos deseados definidos.
Es importante hacer notar, manifestó, que la definición de los desafíos es clave, porque nos permitirá que avancemos más rápido hacia nuestros objetivos.
Con mucho énfasis, nos dijo: Los desafíos deben tener una característica básica y que le da su nombre. Deben ser desafiantes. Me gusta la definición que indica que los desafíos tienen que intimidar un poco pero deben emocionar mucho. Deben dar algo de temor de no lograrlos, pero deben ser superados por los grandes deseos de llevarlos a cabo. Podríamos decir que son aquellos proyectos que no son parte de las actividades rutinarias, y que se consideran los que más contribuyen a que la nave avance a toda velocidad hacia el destino definido.
Con su mejor elocuencia mencionó: Los desafíos son el combustible, pero hay que recordar que el avance depende también de la capacidad del motor de la nave. Un buen combustible permitirá que la nave avance más rápidamente. A su máxima velocidad con el mejor combustible seleccionado y a toda máquina de acuerdo a su capacidad.
Muy entusiasmado y con algo de humor acotó: Con el mejor combustible se logrará sacar su mejor rendimiento. Pero teniendo presente que no se logrará hacer crecer el motor.
Sucede algo similar con los desafíos, concluyó, si se llevan a cabo los más relevantes, se logrará el mejor rendimiento y por lo tanto la mejor propulsión que permitirá hacer avanzar la misión hacia la visión definida. Nuestra tarea por lo tanto es hacer todos los esfuerzos para encontrar aquellos desafíos que más contribuyan que la nave pueda avanzar a toda máquina.
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