Que fácil es decir que vamos a pedir y dar apoyo a los demás. Pero de una revisión más profunda e interna, nos percatamos que no es nada de fácil. Es un gran desafío lograr materializarlo. Nuestro Padre Supremo nos enseña, que si uno pide, recibirá. También parece muy fácil y sencillo, pero todos sabemos que no lo es tanto.
Estamos frente a una de las dificultades de los seres vivos, que por nuestra naturaleza humana se convierte en objetivos importantes, porque si lo logramos obtener y dar apoyo nos convertimos en personas mucho más efectivas y más felices.
Es algo que necesitamos aprender, porque nos hacemos más potenciales y más eficaces. Sabemos que muchas cosas en la vida no pueden realizarse sólo, o una derivación de lo anterior, muchas cosas al hacerla en conjunto con otros seres vivos son más fáciles, más entretenidas y se pueden lograr mejores resultados.
Los Exploradores quedaron sorprendidos al buscar antecedentes para ubicar “candidatos” para observar sus comportamientos asociados a obtener y dar apoyo. Lo maravilloso es que la naturaleza nos presenta muchos casos de interrelaciones entre seres vivos que están orientados al recibir y dar apoyo.
Les llamó la atención el caso de las hormigas y los pulgones (o áfidos), que tienen comportamientos especiales entre ellos. Con los antecedentes reunidos y ubicada el área de observación, que esta vez estaba muy cerca, se dirigieron a sus respectivos jardines de sus casas, que es le hábitat natural de éstos insectos.
Las observaciones resultaron ser extraordinariamente curiosas. Los pulgones hacen pequeños orificios en las hojas de las plantas y toman la savia de estas. A su vez, las hormigas hambrientas que deambulan por las cercanías, en vez de devorarlos se acercan a ellos y frotan con sus antenas a los pulgones, los que responden segregando una sustancia azucarada que es un alimento muy apetecido por las hormigas.
Cuando las hojas se secan, las hormigas mueven a los pulgones a las hojas frescas. Si llueve, las hormigas corren para resguardar a los pulgones de la lluvia, protegiéndolos debajo de las hojas. Y si alguna mariquita (o catarina) intenta comerse algunos de los pulgones, recibe una “paliza” por parte de las hormigas.
Podríamos resumir que las hormigas obtienen ayuda en alimentos que les entregan los pulgones y dan a cambio cuidados y protecciones a los pulgones.
Así las hormigas y los pulgones nos dan un mensaje muy importante de obtener y dar apoyo. Si los insectos lo pueden hacer, nosotros los seres humanos somos capaces también de llevarlos a cabo.
En los planos espirituales, para pedir y recibir se debe tener fe. En planos más humanos y no tan divino, el pedir y ofrecer ayuda requiere del cultivar los principios de la humildad y el servicio. Aspectos que significan desafíos importantes, pero con resultados fantásticos para nuestra raza humana.
Estamos frente a una de las dificultades de los seres vivos, que por nuestra naturaleza humana se convierte en objetivos importantes, porque si lo logramos obtener y dar apoyo nos convertimos en personas mucho más efectivas y más felices.
Es algo que necesitamos aprender, porque nos hacemos más potenciales y más eficaces. Sabemos que muchas cosas en la vida no pueden realizarse sólo, o una derivación de lo anterior, muchas cosas al hacerla en conjunto con otros seres vivos son más fáciles, más entretenidas y se pueden lograr mejores resultados.
Los Exploradores quedaron sorprendidos al buscar antecedentes para ubicar “candidatos” para observar sus comportamientos asociados a obtener y dar apoyo. Lo maravilloso es que la naturaleza nos presenta muchos casos de interrelaciones entre seres vivos que están orientados al recibir y dar apoyo.
Les llamó la atención el caso de las hormigas y los pulgones (o áfidos), que tienen comportamientos especiales entre ellos. Con los antecedentes reunidos y ubicada el área de observación, que esta vez estaba muy cerca, se dirigieron a sus respectivos jardines de sus casas, que es le hábitat natural de éstos insectos.
Las observaciones resultaron ser extraordinariamente curiosas. Los pulgones hacen pequeños orificios en las hojas de las plantas y toman la savia de estas. A su vez, las hormigas hambrientas que deambulan por las cercanías, en vez de devorarlos se acercan a ellos y frotan con sus antenas a los pulgones, los que responden segregando una sustancia azucarada que es un alimento muy apetecido por las hormigas.
Cuando las hojas se secan, las hormigas mueven a los pulgones a las hojas frescas. Si llueve, las hormigas corren para resguardar a los pulgones de la lluvia, protegiéndolos debajo de las hojas. Y si alguna mariquita (o catarina) intenta comerse algunos de los pulgones, recibe una “paliza” por parte de las hormigas.
Podríamos resumir que las hormigas obtienen ayuda en alimentos que les entregan los pulgones y dan a cambio cuidados y protecciones a los pulgones.
Así las hormigas y los pulgones nos dan un mensaje muy importante de obtener y dar apoyo. Si los insectos lo pueden hacer, nosotros los seres humanos somos capaces también de llevarlos a cabo.
En los planos espirituales, para pedir y recibir se debe tener fe. En planos más humanos y no tan divino, el pedir y ofrecer ayuda requiere del cultivar los principios de la humildad y el servicio. Aspectos que significan desafíos importantes, pero con resultados fantásticos para nuestra raza humana.
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