sábado, 30 de enero de 2010

P17 - Los Exploradores - Epílogo


Había quedado atrás la charla del Especialista en trabajo en equipo, a la que asistieron casi por azar. Recordaban el estimulo que les generó y los llevó asumir el desafío de realizar el trabajo de observación del comportamiento de diferentes especies de seres vivos (no humanos), que reflejaran cada uno de los aspectos del modelo AUTOMATICO.

Recordaban cuando el Especialista les explicó que el modelo se denomina AUTOMATICO, para acentuar que las personas integrantes de grupos de trabajo que lo utilizan y logran aplicarlo en forma inconciente (automático), quiere decir que han logrado un alto nivel de desempeño de trabajo colectivo. Que la parte AUTO se refiere a la de auto liderazgo, que nos indica que debemos generar nuestras propias instancias de cambios, y la parte MATICO que refuerza la necesidad de estimular los esfuerzos comunes en una dirección determinada, para así lograr mejores resultados.

Recitaron a coro la misión que se habían definido: “Nuestra Visión es seleccionar las especies de aves, animales y/o insectos que representan en su actuar los elementos del modelo AUTOMATICO y visitar dichas especies en su hábitat natural para observar su comportamiento, para traducirlos en mejores prácticas que ayuden en el trabajo en equipo de las personas”.

Recordaban sus innumerables viajes y las distintas especies a las que tuvieron la oportunidad de observar y de conocer sus comportamientos tan particulares como espectaculares: Al águila, por el ejemplo formidable de “arrancar su motor” al hacer cambios tan significativos para conservar la vida, que nos hace entender que uno es el único responsable de los triunfos y no se puede culpar a nadie distinto de uno mismo por lo que le pasa. Al perro San Bernardo por la lección importante de saber “usar los poderes” para el bien propio y de los demás. A los treiles por su ejemplo de cómo “tirar nuestros miedos”, con su valentía de enfrentarlos. A las hormigas y los pulgones que nos dan un mensaje muy importante de “obtener y dar apoyo”. A las abejas por su “misión común” que les permite la supervivencia y se convierte en un estímulo para desarrollar un trabajo intenso para el logro de sus propósitos. A los gansos por enseñarnos los beneficios de “animarse mutuamente”, entregando estímulos entre sus integrantes para generar el entusiasmo y así lograr las metas. A las hormigas por el espíritu de “tratar una y otra vez” y no darse por vencidas nunca. A las suricatas por el compartir “información común” para aumentar el éxito en la obtención de sus alimentos y mejorar la sobrevivencia de los integrantes de sus familias. A los delfines por su facilidad de “coordinar sinergias” y obtener resultados maravillosos que no se lograrían en forma individual. Y por supuesto a los salmones por señalarnos que siempre debemos “obtener evaluación” para asegurar llegar a nuestro destino, para saber que estamos avanzando en nuestras vidas.

En sus reflexiones concordaban que el ser humano es el que está más dotado para el trabajo en equipo, siendo necesario aprender técnicas y desarrollar habilidades. No basta con tener la intención o la voluntad para hacerlo. Debemos aprender a trabajar en equipo y estar continuamente mejorando para así obtener los mejores resultados.

Los Exploradores estaban muy contentos porque sabían que habían dado pasos muy significativos en la dirección de la misión definida. Su entusiasmo estaba por las nubes y se habían comprometido el seguir “explorando” en el mundo mágico de trabajo en equipo a través de sus siguientes aventuras y desafíos, y como parte del camino de aprendizaje que consideraban que eran sus vidas.

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