sábado, 25 de abril de 2009

P05 - El Viaje - La Misión


Quedamos trasportado a un mar de ensueños, aunque estábamos navegando en la inmensidad del cielo, en la búsqueda de nuestra Visión. Todos extasiados de lo maravilloso y las ventajas que significa el poder definir el dónde se quiere llegar, lo que se desea ser.

Literalmente nos sentíamos en las nubes, claro está por las fascinantes atenciones que significaban sorpresas magnificas a la que todos nos dejábamos sorprender.

Después de culminar un día sensacional, y descansar como nunca y dormirnos como niños que han pasado todo el día jugando y divirtiéndose, nos reunimos al día siguiente. Estábamos deseosos de seguir explorando las siguientes etapas de la preparación de nuestro viaje, que dicho sea de paso, ya había partido, pero como en muchas cosas de la vida, es mejor tarde que nunca.

Estábamos en estas ensoñaciones cuando apareció nuestro comandante, que después de saludarnos con su simplicidad y cariño de siempre, nos dijo: La MISIÓN, que describe el hoy, que dice relación con la razón de ser del viaje en la nave, tiene componentes muy importantes que siempre deben estar presente. Combina elementos que están orientado a definir el quienes somos, que hacemos y como debemos comportarnos. Cada una en dimensiones que son muy relevantes para que la nave pueda “funcionar” y navegar adecuadamente.

Mirando hacia el cielo, con una intensidad muy especial, continúo: Se podría decir que la misión describe el gran propósito que nos mueve, la razón de nuestra existencia. Es el descubrir el sentido de nuestra vida, porque de lo contrario no lograríamos permanecer mucho tiempo. Simplemente vegetaríamos o lo que es equivalente, seriamos unos muertos en vida.

Volviendo a su condición de comandante y muy serio nos planteó: Indudablemente que la misión implica un gran compromiso con alguno de nuestros valores más importantes y que deben ser respetados y cumplidos para lograr la armonía y así hacer más efectivo el desplazamiento de la nave. Se debe trabajar en su elaboración, así como en la vida uno debe descubrir cual son sus impulsores. Hasta que no se encuentran, se avanzará lentamente o simplemente se flotará en el espacio y en algunos casos se perderá sin lograr continuar el viaje.

Como si se hubiese transformado en un monje, detuvo su hablar, nos miro a todos y con una serenidad que nos hizo sobrecogernos mencionó: En el tema personal quizás las herramientas más potentes sean la reflexión y la meditación. Herramientas que nos permiten conectarnos con nuestro interior, que claramente es dónde está nuestra sabiduría, porque tiene una conexión directa con la sabiduría universal, que claro está que es la que viene de nuestro Ser Supremo.

Cuando estábamos casi en trance, levantó la voz, se irguió y con una energía propia de su personalidad y voz muy alta concluyó: Pero una vez descubierta, es como cargar la nave con la mejor gasolina, que nos permitirá lograr los mejores avances hacia nuestra visión.

sábado, 18 de abril de 2009

P04 - El Viaje - La Visión


Después de recuperar fuerzas con una variedad increíble de deliciosos manjares, continuamos escuchado al comandante, que más inspirado que nuca, nos explico el sentido de la visión.

La visión, relató, combina muchos elementos que pueden resumirse en: los sueños, la imagen del futuro que queremos, el dónde queremos llegar, ese gran objetivo ha lograr. Tiene la connotación de estar muy distante y que siempre vamos en camino de lograrlo. Es como las estrellas, que brillan y que las vemos, pero que nunca llegamos a ellas.

Hizo una pausa, esperando que todos quedaran expectantes, y mencionó: la característica de inalcanzable es relevante y lo diferencia de los objetivos o más específicamente de las metas. Existen casos claros en nuestra historia, en que la confusión con las metas ha llevado al estancamiento o simplemente a la pérdida de la “fuerza” de seguir avanzando.

Un caso a nivel de país que conozco muy bien, continuó, es en la industria aeroespacial, en la que el presidente Norteamericano de la época definió una meta concreta, muy estimulante, pero meta al fin y al cabo, de poner el primer hombre en la luna. Una vez alcanzada la meta y el no disponer de una visión, el desarrollo aeroespacial Norteamericano entró en una etapa de estancamiento.

En uno de mis deportes favoritos, mencionó, y a nivel personal, conozco el caso del famoso “Chino” Ríos, un tenista que se definió una meta casi inalcanzable de llegar a ser número uno del mundo. Y a temprana edad logra su meta y al no tenerla conectada con una visión, pierde las fuerzas y estímulos para definirse nuevas metas de seguir avanzando en las competencias deportivas.

Muy enérgico y aumentando su timbre de voz, nos dijo: sin una visión no sabemos lo que deseamos ser, que nos motiva hacer o contribuir. Simplemente nos encontramos navegando a la deriva en la vida. No aprovechamos la fuerza de atracción que ejerce la visión, esa energía que se genera cuando se tiene claro lo que queremos ser y hacer, dejando pasar ese gran impulso que nos permitiría acercando e esos desafíos.

Retornando a su voz pausada continuó: la visión así como las estrellas, deben tener ese brillo y ese magnetismo que impulse el querer acercarse a ellas. En su preparación se debe pensar en la imagen del resultado final, algo que realmente se pueda ver, imaginarse el lado positivo de la creación y del resultado, más que el camino para lograrlo. En el trabajo, la visión es la imagen que ayuda a entender cuál es el negocio en que se está, ayuda en la toma diaria de las decisiones, estimula la inspiración, conmoviendo los corazones y apoyado a cada una de las persona a sensibilizarse en lo qué puede aportar a la organización.

Con profunda admiración, acotó: una definición clásica de visión es la de Walt Disney, que es un ejemplo de simplicidad y de comunicación: “Hacer feliz a la gente”.

Y lo más importante, acotó: la visión debe estar claramente definidas y ser estimulante para que todas las personas quieran lograrla. Y claro, ser revisada para que sigan siendo desafiantes y siga ejerciendo ese poder de arrastre que logre obtener resultados significativos.

Y para ustedes nos interrogó: ¿Cuál es su visión personal?, ¿Cuál es la visión de su familia?, ¿Cuál es la de su empresa?, ¿Cuál es la de su país?... ¿Y la de nuestro viaje?...

miércoles, 15 de abril de 2009

P03 - El Viaje - Los Componentes


Todos estábamos extasiados con la fantástica ambientación que estimulaba todos los sentidos. Nuestra imaginación desbordaba, nos sentíamos en las “nubes”.

En estas fabulosas condiciones, el Comandante, con su voz relajada y profunda nos relató:

En la carta de navegación, que se refleja en la imagen entregada, claramente se distinguen dos elementos básicos: el “cuerpo de la nave”, que es la MISIÓN y que describe lo que somos y lo que debemos hacer, y el circulo amarillo que es la VISION y que nos motiva a mirar el lugar al que queremos llegar.

Con gran entusiasmo, convicción y magia, continuó explicando que la MISIÓN está conectada a la VISION con un mecanismo de atracción, como un “elástico” invisible, que ejerce una gran fuerza de “arrastre” y que lleva la nave hasta el lugar donde se quiere ir. Para que el mecanismo funcione bien, la visión debe estar lo más lejos posible de la nave, y así el “elástico” realice la mayor “fuerza” de arrastre. Entre más lejos está la visión más arrastra a la misión.

Con lo escuchado, me recordaba los tiempos de niño en el campo de mi abuelo, cuando salíamos de cacería y nuestras únicas armas eran las “tira piedra”. Me imaginaba que el mecanismo era el mismo, mientras más estirábamos los elásticos de la “tira piedra”, más lejos llegaba la piedra. Y en muchos casos este “esfuerzo” significó tener más éxito en las expediciones de caza.

Después de despertar de los recursos, seguía escuchando: En la MISIÓN, que representa la nave propiamente tal, existen elementos que debe estar en equilibrio para que la nave pueda volar. Para que tenga la estabilidad necesaria, pueda avanzar y este todo en armonía y bajo control. El logro de todos los elementos significó avances tecnológicos importantes, que llevo años de investigación, pero finalmente permitieron que las naves lograran volar.

Mientras no se alcanzó un equilibrio entre los alerones y el sistema de propulsión, las naves no lograban mantener en el aíre. También, hoy sucede algo similar. Si no se llegar al equilibrios internos de la nave, está tampoco logrará mantenerse mucho tiempo en “vuelo”.

En la jerga de la Misión, los alerones está compuestos de los valores de las personas y los principios técnicos, la propulsión son las estrategias o los caminos definidos y la cabina de mando son aquellos elementos de control que permiten saber que la nave va en la dirección correcta y con la velocidad adecuada.

Aumentando su volumen de voz, nos decía: La magia se produce cuando todos los componentes existen, son conocidos y compartidos por todos los integrantes y todos están motivados para alcanzar la visión. Cuando esto sucede, se crean las condiciones perfectas del viaje, en que todo está en armonía y la nave avanzará con mayor rapidez.

¿Se imaginan una nave volando sin un alerón?, ¿Creerían que llegarían al destino sin el sistema de propulsión?
De igual manera, concluyó, nuestra lógica nos dice lo difícil que es llegar a la visión, sin alguno de los componentes de nuestra misión.

lunes, 6 de abril de 2009

P02 - El Viaje - La Carta de Navegación


Una de las primeras actividades que nos “obligó” realizar el Comandante y que era requisito para permanecer en la nave, fue la confección de la carta de navegación, como podríamos decir la MISIÓN de nuestro viaje. Claro está que lo de obligado fue un decir, que sólo duró hasta el ingreso a uno de los salones de la nave, porque posteriormente ya se convirtió en parte de la aventura que íbamos a iniciar.

Con todo el poder que tienen las palabras, nos explicó que durante el vuelo estaríamos más del 80 % del tiempo perdido en el espacio y que sólo la carta de navegación nos aseguraría llegar a nuestro destino. El saber esta información, con la fuerza y convencimiento del Comandante, muchos de nosotros quedamos preparados... para salir arrancando de la nave.

Con toda la paciencia de un líder, el Comandante nos calmó y nos explicó que está información es uno de los secretos más publicado de la vida, pero como todo buen secreto, pocos son los que logran comprender y por lo tanto utilizar. Esto es lo que se menciona en muchas partes, pero a mi me gusta la expresión: “el saber a dónde ir, es la única manera de lograr llegar allá”.

Pasado esté primer escollo de nuestra aventura, nuestros oídos se gozaron con la música celestial que empezó a sonar y al mismo tiempo en que empezaron a correr las cortinas del salón, en cuyas “ventanas” se proyectaban paisajes idílicos e inspiradores. En ésta ambientación iniciamos nuestro proceso de reflexión sobre cual sería nuestra misión.

El Comandante nos explicó, con todo ese cariño, paciencia y bondad de un maestro, que significaba construir la carta de navegación y que partes necesariamente deben ser considerada y el porque.

Lo primero que nos mostró fue la imagen de una nave que estaba dirigida hacia un objetivo. Imagen que sigue en mi mente y me ha acompañado desde entonces en mi vida, en los distintos viajes que he realizado y en los que estoy embarcado y de los que seguramente realizaré en el futuro.

Indudablemente la imagen nos sensibilizó que estábamos embarcados en una nave y que volaríamos a un destino al que imaginariamente queríamos y deseamos llegar.

El Comandante nos advirtió que la preparación de la carta de navegación no se logra entender fácilmente, pero que favorablemente los estudiosos han publicado extensamente, desde la Biblia hasta tratados y documentos de las más exitosas universidades y libros de “gurus” expertos en viajes. El esfuerzo, nos explicó, sería el de lograr trasmitir las orientaciones básicos para preparar la carta de navegación del viaje y aportar los conocimientos para la creación de nuevas cartas para los viajes en los que estamos embarcados y que emprenderemos en el futuro, por cada uno de nosotros en nuestras respectivas vidas.

viernes, 3 de abril de 2009

P01 - El Viaje - La Partida


Los viajes encierran esos misterios que presentan las aventuras. Genera una gran dosis de energía en los seres humanos, quizás sea por el entusiasmo y la emoción que despiertan, y claramente también por querer llegar a nuevos horizontes desconocidos, que en la gran mayoría de los casos sólo están en nuestra imaginación o en nuestros sueños.

Les contaré que también... he viajado. Relataré algunos de los maravillosos momentos de uno de los tantos viajes, pero que termino siendo un viaje muy particular. Mencionaré sólo aquellos instantes que se puedan contar. A lo mejor, algún día, contaré también aquellos otros.

Lo que escribiré corresponde a una fantástica travesía que no he olvidado nunca y que ha permanecido latente en mis recuerdos. Tuvimos la oportunidad de embarcarnos en una espectacular nave espacial, en una aventura por nuestro universo. ¡Que bellos!. Que emocionantes y preciosos recuerdos, que espero que ustedes también los disfruten o quizás lo estimulen a embarcarse en sus propias aventuras por la vida. Por algo se dice que sólo somos pasajeros en éste mundo y que siempre estamos viajando o sólo en tránsito de un viaje a otro.

Les contaré de un aspecto que ha quedado marcado a fuego en mi memoria, y que fue la oportunidad de interactuar con el Comandante. Un anciano muy entusiasta y muy elocuente, con la energía y vitalidad de un adolescente.

Parte importante del resultado y de lo mágico que resultó ese viaje fue el hacernos parte de la tripulación, aún cuando nosotros nos considerábamos inicialmente sólo “pasajeros”.

Posteriormente nos confesaría nuestro Comandante, que los viajes para que resulten y lleguen a buen término, todas las personas “embarcadas” deben necesariamente ser parte de la tripulación. No era amigo para nada de los denominados “polizontes”. El nos decía: Los polizontes, si no se convierten en tripulación, deben ser sacados rápidamente para eliminar peso innecesario que sólo hace disminuir la velocidad de la nave.

Desde luego, este mensaje también constituyo un estimulo adicional de querer ser tripulación y no “pasajero”, que dicho sea de paso para nuestro capitán lo de pasajero le sonaba muy cercano a polizonte. Y claro está, no queríamos ser un objeto flotando en el espacio infinito o quedar abandonado en algún planeta desconocido.

Y así les contaré que se inicio nuestra espectacular aventura. Viaje que generó aprendizajes que se han constituido en enseñazas relevantes para mi vida, que me han permitido ser algo más efectivo y sobre todo entender que nuestro Padre Supremo no ha dado la vida para disfrutarla.

En el viaje nos encontramos con muchas sorprendentes sorpresas, algunas fantásticas y otras…que ya les contaré.