Después de recuperar fuerzas con una variedad increíble de deliciosos manjares, continuamos escuchado al comandante, que más inspirado que nuca, nos explico el sentido de la visión.
La visión, relató, combina muchos elementos que pueden resumirse en: los sueños, la imagen del futuro que queremos, el dónde queremos llegar, ese gran objetivo ha lograr. Tiene la connotación de estar muy distante y que siempre vamos en camino de lograrlo. Es como las estrellas, que brillan y que las vemos, pero que nunca llegamos a ellas.
Hizo una pausa, esperando que todos quedaran expectantes, y mencionó: la característica de inalcanzable es relevante y lo diferencia de los objetivos o más específicamente de las metas. Existen casos claros en nuestra historia, en que la confusión con las metas ha llevado al estancamiento o simplemente a la pérdida de la “fuerza” de seguir avanzando.
Un caso a nivel de país que conozco muy bien, continuó, es en la industria aeroespacial, en la que el presidente Norteamericano de la época definió una meta concreta, muy estimulante, pero meta al fin y al cabo, de poner el primer hombre en la luna. Una vez alcanzada la meta y el no disponer de una visión, el desarrollo aeroespacial Norteamericano entró en una etapa de estancamiento.
En uno de mis deportes favoritos, mencionó, y a nivel personal, conozco el caso del famoso “Chino” Ríos, un tenista que se definió una meta casi inalcanzable de llegar a ser número uno del mundo. Y a temprana edad logra su meta y al no tenerla conectada con una visión, pierde las fuerzas y estímulos para definirse nuevas metas de seguir avanzando en las competencias deportivas.
Muy enérgico y aumentando su timbre de voz, nos dijo: sin una visión no sabemos lo que deseamos ser, que nos motiva hacer o contribuir. Simplemente nos encontramos navegando a la deriva en la vida. No aprovechamos la fuerza de atracción que ejerce la visión, esa energía que se genera cuando se tiene claro lo que queremos ser y hacer, dejando pasar ese gran impulso que nos permitiría acercando e esos desafíos.
Retornando a su voz pausada continuó: la visión así como las estrellas, deben tener ese brillo y ese magnetismo que impulse el querer acercarse a ellas. En su preparación se debe pensar en la imagen del resultado final, algo que realmente se pueda ver, imaginarse el lado positivo de la creación y del resultado, más que el camino para lograrlo. En el trabajo, la visión es la imagen que ayuda a entender cuál es el negocio en que se está, ayuda en la toma diaria de las decisiones, estimula la inspiración, conmoviendo los corazones y apoyado a cada una de las persona a sensibilizarse en lo qué puede aportar a la organización.
Con profunda admiración, acotó: una definición clásica de visión es la de Walt Disney, que es un ejemplo de simplicidad y de comunicación: “Hacer feliz a la gente”.
Y lo más importante, acotó: la visión debe estar claramente definidas y ser estimulante para que todas las personas quieran lograrla. Y claro, ser revisada para que sigan siendo desafiantes y siga ejerciendo ese poder de arrastre que logre obtener resultados significativos.
Y para ustedes nos interrogó: ¿Cuál es su visión personal?, ¿Cuál es la visión de su familia?, ¿Cuál es la de su empresa?, ¿Cuál es la de su país?... ¿Y la de nuestro viaje?...
La visión, relató, combina muchos elementos que pueden resumirse en: los sueños, la imagen del futuro que queremos, el dónde queremos llegar, ese gran objetivo ha lograr. Tiene la connotación de estar muy distante y que siempre vamos en camino de lograrlo. Es como las estrellas, que brillan y que las vemos, pero que nunca llegamos a ellas.
Hizo una pausa, esperando que todos quedaran expectantes, y mencionó: la característica de inalcanzable es relevante y lo diferencia de los objetivos o más específicamente de las metas. Existen casos claros en nuestra historia, en que la confusión con las metas ha llevado al estancamiento o simplemente a la pérdida de la “fuerza” de seguir avanzando.
Un caso a nivel de país que conozco muy bien, continuó, es en la industria aeroespacial, en la que el presidente Norteamericano de la época definió una meta concreta, muy estimulante, pero meta al fin y al cabo, de poner el primer hombre en la luna. Una vez alcanzada la meta y el no disponer de una visión, el desarrollo aeroespacial Norteamericano entró en una etapa de estancamiento.
En uno de mis deportes favoritos, mencionó, y a nivel personal, conozco el caso del famoso “Chino” Ríos, un tenista que se definió una meta casi inalcanzable de llegar a ser número uno del mundo. Y a temprana edad logra su meta y al no tenerla conectada con una visión, pierde las fuerzas y estímulos para definirse nuevas metas de seguir avanzando en las competencias deportivas.
Muy enérgico y aumentando su timbre de voz, nos dijo: sin una visión no sabemos lo que deseamos ser, que nos motiva hacer o contribuir. Simplemente nos encontramos navegando a la deriva en la vida. No aprovechamos la fuerza de atracción que ejerce la visión, esa energía que se genera cuando se tiene claro lo que queremos ser y hacer, dejando pasar ese gran impulso que nos permitiría acercando e esos desafíos.
Retornando a su voz pausada continuó: la visión así como las estrellas, deben tener ese brillo y ese magnetismo que impulse el querer acercarse a ellas. En su preparación se debe pensar en la imagen del resultado final, algo que realmente se pueda ver, imaginarse el lado positivo de la creación y del resultado, más que el camino para lograrlo. En el trabajo, la visión es la imagen que ayuda a entender cuál es el negocio en que se está, ayuda en la toma diaria de las decisiones, estimula la inspiración, conmoviendo los corazones y apoyado a cada una de las persona a sensibilizarse en lo qué puede aportar a la organización.
Con profunda admiración, acotó: una definición clásica de visión es la de Walt Disney, que es un ejemplo de simplicidad y de comunicación: “Hacer feliz a la gente”.
Y lo más importante, acotó: la visión debe estar claramente definidas y ser estimulante para que todas las personas quieran lograrla. Y claro, ser revisada para que sigan siendo desafiantes y siga ejerciendo ese poder de arrastre que logre obtener resultados significativos.
Y para ustedes nos interrogó: ¿Cuál es su visión personal?, ¿Cuál es la visión de su familia?, ¿Cuál es la de su empresa?, ¿Cuál es la de su país?... ¿Y la de nuestro viaje?...
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