Quedamos trasportado a un mar de ensueños, aunque estábamos navegando en la inmensidad del cielo, en la búsqueda de nuestra Visión. Todos extasiados de lo maravilloso y las ventajas que significa el poder definir el dónde se quiere llegar, lo que se desea ser.
Literalmente nos sentíamos en las nubes, claro está por las fascinantes atenciones que significaban sorpresas magnificas a la que todos nos dejábamos sorprender.
Después de culminar un día sensacional, y descansar como nunca y dormirnos como niños que han pasado todo el día jugando y divirtiéndose, nos reunimos al día siguiente. Estábamos deseosos de seguir explorando las siguientes etapas de la preparación de nuestro viaje, que dicho sea de paso, ya había partido, pero como en muchas cosas de la vida, es mejor tarde que nunca.
Estábamos en estas ensoñaciones cuando apareció nuestro comandante, que después de saludarnos con su simplicidad y cariño de siempre, nos dijo: La MISIÓN, que describe el hoy, que dice relación con la razón de ser del viaje en la nave, tiene componentes muy importantes que siempre deben estar presente. Combina elementos que están orientado a definir el quienes somos, que hacemos y como debemos comportarnos. Cada una en dimensiones que son muy relevantes para que la nave pueda “funcionar” y navegar adecuadamente.
Mirando hacia el cielo, con una intensidad muy especial, continúo: Se podría decir que la misión describe el gran propósito que nos mueve, la razón de nuestra existencia. Es el descubrir el sentido de nuestra vida, porque de lo contrario no lograríamos permanecer mucho tiempo. Simplemente vegetaríamos o lo que es equivalente, seriamos unos muertos en vida.
Volviendo a su condición de comandante y muy serio nos planteó: Indudablemente que la misión implica un gran compromiso con alguno de nuestros valores más importantes y que deben ser respetados y cumplidos para lograr la armonía y así hacer más efectivo el desplazamiento de la nave. Se debe trabajar en su elaboración, así como en la vida uno debe descubrir cual son sus impulsores. Hasta que no se encuentran, se avanzará lentamente o simplemente se flotará en el espacio y en algunos casos se perderá sin lograr continuar el viaje.
Como si se hubiese transformado en un monje, detuvo su hablar, nos miro a todos y con una serenidad que nos hizo sobrecogernos mencionó: En el tema personal quizás las herramientas más potentes sean la reflexión y la meditación. Herramientas que nos permiten conectarnos con nuestro interior, que claramente es dónde está nuestra sabiduría, porque tiene una conexión directa con la sabiduría universal, que claro está que es la que viene de nuestro Ser Supremo.
Cuando estábamos casi en trance, levantó la voz, se irguió y con una energía propia de su personalidad y voz muy alta concluyó: Pero una vez descubierta, es como cargar la nave con la mejor gasolina, que nos permitirá lograr los mejores avances hacia nuestra visión.
Literalmente nos sentíamos en las nubes, claro está por las fascinantes atenciones que significaban sorpresas magnificas a la que todos nos dejábamos sorprender.
Después de culminar un día sensacional, y descansar como nunca y dormirnos como niños que han pasado todo el día jugando y divirtiéndose, nos reunimos al día siguiente. Estábamos deseosos de seguir explorando las siguientes etapas de la preparación de nuestro viaje, que dicho sea de paso, ya había partido, pero como en muchas cosas de la vida, es mejor tarde que nunca.
Estábamos en estas ensoñaciones cuando apareció nuestro comandante, que después de saludarnos con su simplicidad y cariño de siempre, nos dijo: La MISIÓN, que describe el hoy, que dice relación con la razón de ser del viaje en la nave, tiene componentes muy importantes que siempre deben estar presente. Combina elementos que están orientado a definir el quienes somos, que hacemos y como debemos comportarnos. Cada una en dimensiones que son muy relevantes para que la nave pueda “funcionar” y navegar adecuadamente.
Mirando hacia el cielo, con una intensidad muy especial, continúo: Se podría decir que la misión describe el gran propósito que nos mueve, la razón de nuestra existencia. Es el descubrir el sentido de nuestra vida, porque de lo contrario no lograríamos permanecer mucho tiempo. Simplemente vegetaríamos o lo que es equivalente, seriamos unos muertos en vida.
Volviendo a su condición de comandante y muy serio nos planteó: Indudablemente que la misión implica un gran compromiso con alguno de nuestros valores más importantes y que deben ser respetados y cumplidos para lograr la armonía y así hacer más efectivo el desplazamiento de la nave. Se debe trabajar en su elaboración, así como en la vida uno debe descubrir cual son sus impulsores. Hasta que no se encuentran, se avanzará lentamente o simplemente se flotará en el espacio y en algunos casos se perderá sin lograr continuar el viaje.
Como si se hubiese transformado en un monje, detuvo su hablar, nos miro a todos y con una serenidad que nos hizo sobrecogernos mencionó: En el tema personal quizás las herramientas más potentes sean la reflexión y la meditación. Herramientas que nos permiten conectarnos con nuestro interior, que claramente es dónde está nuestra sabiduría, porque tiene una conexión directa con la sabiduría universal, que claro está que es la que viene de nuestro Ser Supremo.
Cuando estábamos casi en trance, levantó la voz, se irguió y con una energía propia de su personalidad y voz muy alta concluyó: Pero una vez descubierta, es como cargar la nave con la mejor gasolina, que nos permitirá lograr los mejores avances hacia nuestra visión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario